doctorado

Con gran alegría comparto con vosotros el inicio de un nuevo proyecto que, además de ser apasionante, contribuirá a mi desarrollo profesional.

En el curso 23/24 he sido aceptado en la Universidad de Salamanca para el Doctorado de Psicología, en la línea de investigación en Sexualidad y Relaciones Interpersonales.

Mi investigación busca encontrar nuevos métodos para abordar los problemas de las relaciones de pareja.


Con este doctorado me enfrento a un reto, pero, sobre todo, a alcanzar una meta que me planteé ya en el inicio de mis estudios, allá por el año 2000.

Siempre deseé ser doctor, poder aportar algo a esta ciencia, la psicología, que desde el principio me apasionó y que en los años posteriores tanto me dio y aún hoy día me sigue dando. Se trata de buscar un equilibrio entre dar y recibir, pero, sobre todo, de seguir lo que en mi interior siempre deseé.

 

¿Por qué ahora?

Son muchas las excusas que a veces no ponemos a nosotros mismos para no alcanzar nuestro máximo potencial, yo también las tuve y no fui consciente de ellas.

En este año, se unió un momento de autorreflexión a la oportunidad que encontré en una gran universidad dentro de la línea de investigación que más me apetecía estudiar. Así que, pude dar una patada a mi propio autoengaño y lanzarme a por lo que realmente quiero hacer.

 

¿Implica algún cambio en mi labor profesional?

Los cambios que se esperan y que ya se están dando son solo para mejorar. Mi trabajo lo llevo ejerciendo de igual manera, en mi misma ciudad y también de manera online, ya que, aunque el doctorado lo realizo con la Universidad de Salamanca, todo lo llevo a cabo a la distancia, eso sí, coordinado de manera constante con los tutores de allí.