Lo que entendemos por un narcisista puede hacer referencia a dos realidades diferentes, pero en estrecha relación. Podemos hablar del trastorno de personalidad narcisista, el cual está especificado de manera concreta por el manual de diagnostico psiquiátrico más conocido, el DSM, y también es posible entender al narcisista como a aquella persona que, sin cumplir los criterios para el trastorno indicado, sí tiene un tipo de personalidad en la que se acerca a lo definido para este.
De manera resumida, el manual nos habla de alguien prepotente, que se siente muy grande, especial, único y a menudo envuelto en fantasías de éxito, poder y brillantez. Además, se rata de una persona carente de empatía hacia los demás y que, además, los envidia y los explota en su beneficio. Esto nos indica un nivel muy extremo de personalidad, pero también existen muchos perfiles que, sin llegar a este punto, sí dan signos de esa adicción a sentirse especiales, lo cual puede considerarse como la característica más definitoria.
Aquí es notorio el hacer ver que pueden encontrarse formas abiertas y encubiertas de narcisismo. En otras palabras, este puede ser mostrado claramente, de un modo en el que la persona hace ver su sentimiento de grandiosidad de manera obvia y activa y los que lo hacen sutilmente, donde la característica principal es la vulnerabilidad. Esto último tiene que ver con sentir que los demás, en alguna manera, al ser inferiores a ellos, intentan dañarlos y, consecuentemente, los narcisistas se defienden de maneras más pasivamente que en la forma abierta. Es de señalar que ambas formas pueden coexistir y, de hecho, suelen cohabitar en una misma persona.
Autor: Juan Antonio Alonso
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