Las emociones son algo que todos tenemos pero que nadie nos ha enseñado a gestionar. En el colegio nos enseñan matemáticas, ciencias, geografía e historia, pero las emociones quedaban relegadas a un segundo plano como si solo fuera importante nuestra parte racional. En realidad es todo lo contrario: según sea nuestra destreza gestionando nuestras emociones, así de exitosa será nuestra vida. Afortunadamente cada vez se le está dando más importancia a la inteligencia emocional en las nuevas generaciones pero los adultos tenemos un gran trabajo por delante. Para ayudaros con esta gran labor de trabajo interior os quiero dar unos consejos sobre cómo aprender a gestionar nuestras emociones de manera eficaz.
¿Qué son las emociones?
Pues las emociones son una reacción automática, instintiva y transitoria que experimentamos gracias a nuestro cerebro. Nos ayuda a interpreta la información de las diferentes situaciones que vamos viviendo (que puede ser ante un estímulo externo o interno) y las sentimos en nuestro cuerpo como cambios orgánicos, fisiológicos y conductuales.
Hay 6 emociones básicas: alegría, miedo, sorpresa, ira, tristeza y asco. En sí mismas las emociones no son buenas o malas,cada una ella tiene una función adaptativa en los seres humanos incluso las que se viven de manera más desagradable. Gracias a ellas hemos podido adaptarnos al medio para sobrevivir durante millones de años. Por ejemplo, si aparece una serpiente automáticamente sales huyendo por miedo, lo que salvará tu vida.Con las emociones nuestra mente trata de protegernos y que salgamos exitosos de la situación.
Las emociones las sentimos de manera muy subjetiva. Una misma situación vivida por diferentes personas despertará una serie de emociones u otras. El problema viene cuando se producen emociones desadaptativas hacia situaciones que no suponen un riesgo, ante el hecho de imaginarlas (ansiedad) o cuando se alargan en el tiempo cronificándose, lo que nos crea mucho malestar y sufrimiento. En este punto las emociones han dejado de ser útiles ya que no ayudan a salir exitoso de la situación.
Como no podemos evitar ni reprimir las emociones, debemos centrarnos y trabajar para poder ser conscientes de ellas y aprender a manejarlas. Si tratamos de esconderlas o las rechazamos se harán mucho más fuertes, se cronificarán y afectarán a tu salud física y mental. Aprender a gestionarlas mejorará tu autoestima, salud emocional y física, tomarás mejores decisiones, mejorará su desarrollo personal, dormirás mejor, te conocerás más, te dará mayor seguridad y mejorará tus relaciones personales.
Veamos cómo podemos aprender a gestionar nuestras emociones de manera eficaz.
Cómo gestionar nuestras emociones de manera eficaz
1.-Identifica la emoción. Es necesario que pongamos nombre a lo que sentimos. ¿Siento tristeza? ¿Ira? ¿Rabia? ¿Enfado? Nuestras emociones suelen ser complejas, por lo que es normal que haya varias mezcladas. Puedes usar también adverbios de cantidad para describir la intensidad de la emoción. “Me siento muy enfadada y un poco triste”, “siento bastante rabia y tristeza”. Así no solo identificaremos la emoción sino que además podremos darle una intensidad a nuestras emociones.
2.-Acepta la emoción. Da igual si la emoción es desagradable o no, no permitas que el mero hecho de sentirla te haga sentir mal. Como seres humanos que somos, estamos programados genéticamente para tener emociones. Todas ellas son igual de válidas y necesarias, aunque se vivan de manera desagradable. Obsérvalas objetivamente, como si las vieras desde fuera y abrázalas. Forman parte de ti y te están ayudando a conocerte mejor.
3-Siente la emoción. Puede parecer lógico pero muchas veces negamos esa emoción intentando mirar hacia otro lado, lo que hace que en lugar de hacer su función e irse, se estancan en el cuerpo. Permítete sentirla, observa tu cuerpo en el momento presente sin dejarte llevar por tus pensamientos. Dale la bienvenida para que haga su trabajo y se pueda ir por donde ha venido. Localiza en tu cuerpo como te sientes. Puede que la sientas más en el estómago, en la cabeza, en el corazón… Analízala, siéntela y deja que se vaya. No te regodees ni la alimentes.
4.-Expresa la emoción. Es vital que exterioricemos la emoción de una forma sana en lugar de reprimirla. Puedes usar frases del estilo “yo me siento bastante enfadada”, “yo me siento muy triste” en lugar de “tú me haces sentirme muy enfadada”. Expresándola verbalmente de esta forma, estamos poniendo el foco en nuestras emociones en lugar de echar la culpa a los demás por sentirte así. Te ayudará a expresar mejor tus sentimientos a los demás, lo que mejorará mucho tus relaciones personales.
5.-Relativiza. Muchas veces le damos demasiada importancia a las cosas y nos las tomamos muy a pecho. Un poco de humor nos ayudará a relativizar las situaciones para quitarles hierro. Una actitud positiva no nos hará inmunes a las emociones pero será como un amortiguador en situaciones negativas para buscar la parte buena y darle la vuelta a la tortilla.
No podemos evitar las emociones, solo aprender a regularlas
Siempre sentiremos emociones pero siguiendo estos consejos podremos aprender a manejarlas para que no nos produzcan tanto malestar. La gestión emocional es un camino de autoconocimiento y descubrimiento personal, donde conocerás partes de ti que puede que no te gusten tanto. Es la ocasión perfecta para aceptarnos como somos y tratar de mejorar en esas partes que nos incomodan de nosotros mismos.
Aceptarse no significa resignarse o decir “es que yo soy así”. Aceptarse es conocer como somos, nuestras cualidades, capacidades y destrezas, así como nuestras partes más oscuras y querernos. Abrazar todas nuestras partes, dejar de tratar de gustar a todo el mundo, de ser quienes no somos y de autocastigarnos por nuestras acciones y decisiones. Aceptarse a uno mismo es valorar nuestra identidad y trabajar para sacar nuestro máximo potencial.
Porque recuerda… la gestión emocional nos permitirá tener una vida mucho más sana en todos los aspectos.
Autor: Marta Castelos Cortizas.