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LOS TRES ELEMENTOS DE UNA COMUNICACIÓN ÍNTIMA: CONCIENCIA, CORAJE Y AMOR.

La conexión social entre personas, entendida como la existencia de relaciones personales en cantidad y profundidad adecuadas,  hoy día es concebida como un factor esencial para el mantenimiento del bienestar físico y psicológico. Para Holt-Lunstad, Robles & Sbarra (2017) el conocimiento de esta es fundamental para poder entender  los diferentes riesgos y fortalezas, en el ámbito de la salud, que posee la población a nivel general. Señalando, además, que a esta se le debería dar una importancia similar a la que se ofrece a cualquier otro elemento de los normalmente  tratados como esenciales  por los diferentes agentes públicos o privados. Al respecto, por ejemplo, existen claras evidencias de que la ausencia de relaciones sociales de calidad afectan de manera importante a numerosos aspectos del bienestar psicológico como la percepción que las personas tienen de este mismo  y a otros del conocido como bienestar hedónico o afectivo  (Shankar, Rafnsson & Steptoe, 2015) y también a cuestiones de mayor gravedad como el riesgo de mortalidad (Holt-Lunstad, Smith & Layton, 2010).

Para que puedan darse las necesarias relaciones que posibiliten la conexión y, por tanto, protejan a  la persona de algún tipo de aislamiento, es necesaria la interacción con el otro y el intercambio comunicativo. En lo que a esto atañe, son muchos los modelos psicológicos que describen los aspectos esenciales que deben hacer acto de presencia entre las personas que se comunican para que, de esa manera, pueda alcanzarse el grado necesario de intimidad que proporcione el bienestar que se le presupone. De estos, el propuesto por la Terapia Analitico Funcional es uno de los que, de forma más clara, describe los factores esenciales; siendo la conciencia, el coraje y el amor los señalados por esta. (Tsai et al., 2009, citados en Haworth, Kanter, Tsai, Kuczynki & Kohlenber e, 2015; Kohlenberg et al., 2015)

El primer elemento, la conciencia, nos habla de la atención, en el momento de la interacción, a las sensaciones, pensamientos, emociones,…, de uno mismo, del  otro y de como el proceso comunicativo está transcurriendo.  Aludiendo también a la necesidad de que la persona sea consciente de que existen oportunidades para establecer una interacción social, hecho que conducirá, una vez detectada la ocasión, al recuerdo de la posibilidad de establecer esta. En otras palabras, este primer componente nos dice que para que un acto de interacción pueda iniciarse es necesario que la persona se percate de esta ante una ocasión en la que realmente pueda hacerlo y, una vez situado en ella, esta detecte lo que está experimentando, intuya lo que piensa y siente el otro y se percate de como se está llevando a cabo el intercambio. 

El siguiente elemento, el coraje, hace referencia al hecho de que la persona, una vez consciente, debe ser capaz de expresar aquello que, aunque le resulte difícil de decir, le sea significativo en ese momento. Este componente, por tanto, describe la capacidad de revelar lo que uno piensa y siente aunque  resulte incómodo. Componente, de esta manera, que viene a enlazar con la idea de aceptación de aquellas experiencias desagradables que, de ser evitadas, tendrán un perjuicio mucho mayor que el beneficio de ser esquivadas.

El último, el amor, ya no entra dentro de lo que puede hacer el emisor, sino de la conducta del receptor. Aquí se nos señala que, para que la comunicación pueda ser intima y eficaz, el que recibe las revelaciones del otro debe proporcionar una respuesta abierta, empática, comprensiva, validante y acorde a lo que el otro expresa. De otra forma, se trata de que aquel que ha sido capaz de expresar cosas importantes que piensa y siente, reciba una respuesta amable.

Según este modelo, si los tres componentes están presentes la comunicación fluirá y la revelación de las experiencias intimas cada vez se hará de una manera más rápida y con mayor facilidad. De esta manera, lo que nos describen estos son las partes necesarias que deben de estar presentes o ser desarrolladas para que las personas lleguen a interaccionar de una manera intima, de calidad. Por tanto, nos indican como trabajar el fundamento de la conexión social y, consecuentemente, de uno de los elementos esenciales en la salud de cualquier persona.

 

 

Lista de Referencias.

Haworth, K., Kanter, J.W., Tsai, M., Kuczynki, A.M. Rae, J.R., Kohlenberg, R.J. (2015). Reinforcement matters: a preliminary, laboratory-based component-process analysis of functional analytic psichotherapy’s model of social connection. Journal of Contextual Behavioral Science. 4. 281-291

Holt-Lunstad, J., Robles, T.F. & Sbarra, D.A. (2017). Advancing social connection as a public health priority in the United States. American Psychologist. 72(6). 517-530. doi: 10.1037/amp0000103.

Holt-Lunstad, J.,  Smith, T.B.,  & Layton, J. B. (2010). Social relationships and mortality risk: a meta-analytic review.  PLOS Medicine. 7 (7). e1000316. doi:10.1371/journal.pmed.1000316

Kohlenber, R.J., Tsai, M., Kuczynski, A.M., Rae, J.R. Lagbass, E., Lo, L., Kanter, J.W. (2015). A brief, interpersonally oriented mindfulness intervention incorportaing  Functional Analytic Psichoterapy’s model of aqareness, courage and love

 

Shankar, A., Rafnsson, S.B., & Steptoe, S. (2015). Longitudinal associations between social connections and subjective wellbeing in the English Longitudinal Study of Ageing. Psychology & Health. 30(6). 686-98. doi: 10.1080/08870446.2014.979823

 

Autor: Juan Antonio Alonso