Los trastornos depresivos son ampliamente conocidos y, por desgracia, bastante comunes en nuestra sociedad. Lo que comúnmente entendemos por depresión es lo que el manual de diagnóstico psiquiátrico, DSM-5 (Asociación Americana de Psiquiatría, 2013), nombra como trastorno de depresión mayor. Las características fundamentales de esta son el estado de ánimo deprimido o la pérdida de interés o placer, más otros síntomas como la disminución de peso, insomnio, agitación o retraso psicomotor, fatiga o falta de energía, sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva, escasa capacidad para toma de decisiones y pensamientos relacionados con la muerte; incluyendo aquí las ideas suicidas. El manual, además, describe otro conjunto de trastornos que se agrupan dentro de la familia de los conocidos como trastornos depresivos: trastorno de desregulación destructiva del estado del ánimo, trastorno depresivo persistente o distimia, trastorno disfórico premenstrual, trastorno depresivo inducido por una sustancia o medicamento, trastorno depresivo debido a otra afección médica, otro trastorno depresivo especificado y otro trastorno depresivo no especificado. Aún así, en la práctica clínica se vienen describiendo desde hace años otros subtipos de depresión que, si bien no son reconocidos como tales por las entidades psiquiátricas encargadas de establecer los criterios diagnósticos, sí son consideradas como realidades con características propias por los profesionales que se encuentran con ellas y, en algunos casos, por el público en general. Esto último es lo que ocurre con una forma de estado depresivo muy conocida en Japón, la cual se conoce como depresión de tipo moderno.
Me encuentro mal en el trabajo, con mi mujer y con mis hijos; pero no en mi tiempo de ocio.
Imagina un chico que, tras completar sus estudios con relativa normalidad, enfoca su carrera profesional al trabajo público, como funcionario. Este, tras iniciar su labor profesional sin problemas destacados, comienza a ausentarse del trabajo con una frecuencia cada vez mayor; ocupando este tiempo en jugar a máquinas tragaperras, ver películas e ir de compras. La causa esgrimida por este para justificar su absentismo era únicamente la animadversión hacia su jefe. Tras formar una familia extiende sus ausencias, además de al trabajo, al hogar; encontrando consuelo en las nombradas tragaperras y en los cibercafés.
Este caso, resumen del narrado por Kato et al (2016), es usado como elemento ilustrador de lo que es la depresión tipo moderno y sus diferencian de la depresión tradicional. Así, si se compara la primera con la segunda, se pueden encontrar diferencias destacables. En la padecida por el chico del caso resumido los síntomas aparecen sólo en relación a las obligaciones laborales, académicas y familiares, la intensidad es de media a moderada, tienen forma de fatiga o malestar, existe una tendencia clara a culpabilizar a los demás de los problemas y, en los casos en los que se intenta el suicidio, este es desorganizado. Por el contrario, en la tradicional los síntomas son continuos, con una intensidad de media a moderada, caracterizados por agitación o desactivación, el depresivo tiende a culpabilizarse por lo que ocurre y, en los casos en los que existe suicidio, este es planificado.
Los cambios sociales y culturales del Japón de las últimas décadas pueden tener mucho que ver con este tipo de depresión.
Para los autores señalados, esta variante de la depresión posiblemente tiene importantes componentes sociales y culturales. En primer lugar, estos señalan los cambios sociales de la sociedad japonesa de las últimas décadas como posibles precursores de esta modalidad de patología. Así, por un lado, ponen el acento en el paso de una educación basada en la disciplina a una centrada en el individualismo y la libertad. Por otro, se fijan en el mundo empresarial, donde el viejo sistema de promoción basado en la antigüedad colapsó y precipitó el fin del sentido grupal japonés; dando paso a uno donde existe una intensa competitividad y un escaso sentido de pertenencia a las organizaciones en las que se desarrolla el trabajo.
Además de los cambios sociales descritos, existen dos formas de mentalidad muy asentadas en el Japón actual que han sido indicadas como posibles precursoras culturales de la depresión de tipo moderno. Una de ellas, denominada amae hace referencia a un tipo de fuerte dependencia de los jóvenes nipones con respecto a sus cuidadores. La otra, conocida como Hikikomori, se caracteriza por una tendencia al aislamiento social en la que persona llega a no salir de su casa por más de seis meses. Según los autores, la segunda es fomentada por la primera; ya que, sólo el gran sobreproteccionismo propio de familias con mentalidad amae permite a sus hijos permanecer en casa tan largos periodos de tiempo.
Los elementos biológicos aún no quedan claros.
El hecho de que los tratamientos farmacológicos que habitualmente funcionan con la depresión tradicional no funcionen con la de tipo moderno han dado lugar a plantear la hipótesis de que deben existir factores biológicos que hacen que esta última sea muy diferente. En este punto, los mismos autores a los que ya se ha hecho referencia dejan claro que todavía son necesarios más estudios para que queden claros los mecanismos biológicos que pueden estar detrás de esta problemática.
¿Se trata de un tipo de trastorno únicamente japonés o también puede extenderse a toros países?
En Japón este tipo de depresión viene describiéndose, aproximadamente, desde el año 2000 y, aunque en este país asiático donde más atención recibe, muchos investigadores creen que puede no ser exclusivo de este país. Esta última parte resulta crucial para dilucidar si se trata de un fenómeno específico de esta cultura o si realmente podría considerarse un trastorno que debería ser clasificado como tal en los sistemas de diagnóstico internacionales. Par esto parece que todavía no existen suficientes estudios que puedan aclarar su existencia a nivel mundial o sólo en el ámbito japonés; sí existiendo los suficientes para saber que en este país sí es una realidad muy bien diferenciada de otros tipos de depresión y otros trastornos.
Lista de referencias.
Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM 5. Arlington, VA. Asociación Americana de Psiquiatría.
Kato, T. A., Hashimoto, R., Hayakawa, K., Kubo, H., Watabe, M., Teo, A. R. & kanba, S. (2016). Multidimensional anatomy of ‘modern type depression’ in Japan: A proposal for a different diagnostic approach to depression beyond the DSM-5. Psychiatry And Clinical Neurosciences. 70(1), 7-23. doi: 10.1111/pcn.12360.
Autor: Juan Antonio Alonso