Según la teoría de la ampliación y la construcción de Barbara Fredrickson (2001) las emociones negativas como el miedo, el enfado o la tristeza tienen una función clara. Estas hacen que se activen en nosotros una serie de mecanismos fisiológicos y psicológicos que nos predisponen a actuar conforme a un patrón determinado que posee un gran valor para la supervivencia. De esta manera, el miedo nos predispondría para huir del peligro, la ira a luchar contra él y la tristeza a aislarnos en un momento de especial vulnerabilidad.
Podría decirse pues que estas emociones descritas nos ayudan significativamente, pero su capacidad para ayudarnos a crecer y desarrollarnos es bastante limitada; circunscribiéndose a la superación de situaciones estresantes concretas.
El caso de las emociones positivas, según la autora, es muy diferente. Estas no conducen a repetir patrones de conducta preestablecidos, sino todo lo contrario; estas empujan a ampliar, construir y transformar. Así, cuando estamos contentos tendemos a pensar de una manera más abierta y creativa, lo que nos llevará a desarrollar nuevos repertorios conductuales para afrontar diferentes situaciones futuras que, a su vez, producirán cambios personales que llevarán a una mejora personal: mayor conocimiento de las diferentes situaciones y aumento de recursos personales y adaptabilidad social.
Lista de referencias.
Fredrickson, B.L. (2001). The Hole Of Positive Emotions In Positive Psychology: The Broaden-And-Build Theory Of Positive Emotions. American Psychologist. 56. 218-226.
Autor: Juan Antonio Alonso
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