Es muy común hacer referencia a los valores ante determinadas situaciones en las que observamos comportamientos de otras personas que no nos agrandan o que, más allá, detestamos. Es posible que en dichos casos hablemos de falta o ausencia de valores; pero ¿a qué nos referimos realmente?, ¿qué son los valores?
Para Hayes, Strosahl y Wilson (1999) estos son consecuencias globales a muy largo plazo. Dicho de otra manera, podríamos definirlos como la manera en la que nos gusta que funcione el mundo y la forma en la que nos gustaría vernos dentro de él (García, 2007).
Estos definen la dirección que deseamos llevar en la vida, el camino escogido libremente no se sabe porqué ni cuándo. Nos indican la manera en la que deseamos actuar en diferentes ámbitos de nuestra vida, sin llegar a alcanzarlos definitivamente porque no son algo que pueda ser logrado; se insertan y guían la conducta dirigida a lograr las numerosas metas que nos proponemos día a día.
Creer que se puede llegar a ser un buen padre o una buena madre y que, una vez logrado, esto será tangible y definitivo, como el que logra un carnet de conducir o un título de bachiller, parece poco menos que ingenuo y simplista. Podremos sentir que actuamos como buen padre, buena trabajadora, buen amigo o buena hija; pero esto es una forma de proceder que nos guía día a día, no algo que podamos dar por obtenido o alcanzado.
Lista de referencias.
Hayes, S. Strosahl, K & Wilson, K. (1999). Acceptance And Commitment Therapy: An
Experiential Approach To Behavior Change. New York. The Guilford Press.
García, J.A. (2007). Curso Terapéutico De Aceptación I&II. Madrid. Gesto Psicología
Autor: Juan Antonio Alonso
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